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Los psicólogos aseguran que a raíz de la pandemia existe un aumento de preocupación en los adolescentes y esto les genera inestabilidad emocional. Irritabilidad, cambios en el apetito, en el sueño o sentimientos de aislamiento son algunas de las señales que pueden alarmar a los padres y deben consultar cuanto antes a un especialista.
El diagnóstico precoz en la adolescencia es fundamental para mejorar el pronóstico y evitar trastornos como la depresión: "Cuanto no se tratan, peor puede ser la respuesta al tratamiento", indica la psiquiatra infanto juvenil, Rocío Gordo.