Los echaron en un pozo entre Medina del Campo y Rueda, Valladolid, en 1936 para que nunca fuesen encontrados. 85 años después, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica busca a 30 metros de profundidad los restos de, al menos, quince personas a los que el testimonio oral ubica en este lugar: "El diámetro es de un metro diez y los restos no pueden ser pisados", explica Julio del Olmo. Con estas condiciones trabajan y, de momento, han encontrado los cráneos de diez personas. Todo se analiza con detalle, lo primero: buscar restos de disparos. 

Este lugar está en medio de la nada. El presidente de la asociación destaca que es el lugar ideal para llegar en coche y disparar a alguien sin que haya testigos. No se sabe cuantos cuerpos pudieron ser ocultados, por ahora solo hay referencias de cuatro personas: un padre, su hijo y dos hermanas de Pozal de Gallinas, Valladolid. Se sabe que los fusilaron en verano de 1936 gracias a unas pepitas de sandía y uva. Esto da alguna pista a las familias que aún conservan la esperanza de encontrar a los suyos.

Cuatro personas trabajan desde hace tres meses para recuperar la memoria de los que fueron asesinados por defender la democracia.