La localidad vallisoletana de Peñafiel celebra un Domingo de Resurrección atípico sin la tradicional procesión y la Bajada del Ángel, momento de Interés Turístico Nacional. Nadie en la localidad recuerda nada parecido. Tradicionalmente, el niño o niña que encarna al ángel anunciador vive este este día de forma especial y este año eso no ha sido diferente: "Nerviosa, triste y contenta. Triste porque no lo puedo hacer como debería, pero contenta porque lo soy", destaca Yedra Lubiano.
 
Aunque no ha podido descender desde las alturas para anunciar a la Virgen la Resurrección de su hijo, sí ha podido llevar un mensaje de esperanza a sus vecinos a través de un vídeo emitido antes de la misa. Así se ha reconvertido esta fiesta para que, al menos en esta ocasión, pudiera celebrarse tras la cancelación por segundo año consecutivo.