La Policía Municipal de Valladolid utiliza estos días dos drones que sobrevuelan la ciudad para tareas de control, vigilancia y prevención de botellones y otras aglomeraciones no permitidas. Anoche intervinieron en una fiesta ilegal, además de en un botellón. Son los propios pilotos quienes dan la mejor definición de los drones policiales. "Somos los ojos de las patrullas". Desde el aire, y en un radio de 500 metros desde el punto de balización, consiguen una vista general que les sirve para sus labores de vigilancia.

El Oficial de la Policía Municipal de Valladolid, José María Bravo explica que se han centrado en el control y vigilancia de botellones y asegura que "es una herramienta muy útil y eficaz para vigilar grandes áreas y poder controlar parques grandes de la ciudad en un instante".

Su intervención fue clave para confirmar la celebración de una fiesta ilegal en un gimnasio de la calle Zanfona de la capital, en la que había unas 60 personas y que fue denunciado por tener alcohol sin licencia.  "A la altura a la que volamos no se escucha el sonido del dron. Cuando los compañeros ya los tienen localizados bajamos la altura del dron para controlar la operación. Ahí ya se sorprenden porque todavía no están acostumbrados".

Gracias a su versatilidad, pueden continuar su trabajo de noche. Los equipos tiene cámara térmica que ayudan a localizar personas,en zonas de parques de forma mucho más fácil. No hay escapatoria.

La Policía Municipal de Valladolid utiliza sus dos drones desde principios de años, pero es ahora, con la fiesta de la ciudad, cuando más partido se saca a su labor desde el aire.