PATRIMONIO

El Sepulcro Megalítico de los Zumacales, en Valladolid, declarado como BIC en categoría de Zona Arqueológica

El sepulcro consta de una cámara central, un pasillo o corredor y un túmulo terrero que envuelve y monumentaliza la estructura interna

Ical

El Consejo de Gobierno ha aprobado la declaración del Sepulcro Megalítico de los Zumacales, situado en el municipio vallisoletano de Simancas, como Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica. Con esta declaración se resuelve el expediente incoado en 1983, aunque la protección jurídica como BIC tuvo efecto desde el momento de su incoación. Esta declaración se enmarca dentro del compromiso de Legislatura de la Junta de concluir todos los procesos de declaraciones pendientes.

El área declarada con la categoría de Zona Arqueológica del sepulcro de los Zumacales comprende, además de la superficie definida por la arquitectura megalítica y su marco inmediato, una superficie alrededor del sepulcro de corredor, en la que se tiene constancia de la presencia de restos arqueológicos coetáneos a la misma. Por su extremo meridional, la zona arqueológica incluye los taludes y bancales que forman parte del emplazamiento elegido por el sepulcro megalítico, como aspecto indisoluble de su monumentalidad y prominencia paisajística.

El sepulcro de corredor de los Zumacales constituye un testimonio único –junto al túmulo de Villanueva de los Caballeros- de las manifestaciones funerarias de finales del IV milenio a.C. en la provincia de Valladolid, atribuidas al Neolítico Final. Su excavación ha permitido reconocer el mantenimiento en la memoria colectiva de los primeros grupos campesinos de ciertos lugares emblemáticos, que fueron inicialmente ocupados de manera eventual, para posteriormente ser monumentalizados mediante arquitecturas megalíticas, como verdaderas marcas permanentes en el paisaje.

El sepulcro consta de una cámara central, un pasillo o corredor y un túmulo terrero que envuelve y monumentaliza la estructura interna. La cámara es de planta circular, con 5,20 metros de diámetro y presenta un zócalo pétreo de cerca de una veintena de bloques calizos desbastados -solo once de ellos conservados in situ-. En el interior del recinto cameral se documentó un depósito funerario, muy alterado, compuesto de una matriz arenosa con restos esqueléticos humanos y diversos elementos de ajuar. Del estudio del osario se ha podido determinar la presencia de al menos 14 individuos, que se acompañaron de monturas geométricas de sílex; hachas pulimentadas; numerosas cuentas de collar de calaíta; dos colgantes pulimentados óseos; 2 ídolos-espátula y cerámica elaborada a mano.