Tras el fuego, el agua y los últimos rayos de sol que han permitido analizar el estado del terreno de la zona de Navalacruz, Ávila, es el momento de limpiar los montes y retirar la madera para evitar males mayores como plagas que acaben con la vegetación que ha sobrevivido. Son más de 140 hectáreas en el monte 47 de Sotalbo donde las máquinas retroarañas van a trabajar a lo largo de estas semanas en troncos cuyo diámetro es menor de 10 centímetros, por lo que su madera no tiene valor comercial: "Lo que estamos haciendo es un triturado para generar un acolchado de la zona y así evitar que se produzcan escorrentías en el terreno", explica Lidia Alonso, técnico del Servicio Territorial de Medio Ambiente. 

Pero como zona prioritaria también se han estimado 350 hectáreas de arbolado, concretamente de pino silvestre. Su madera si tiene fin comercial por lo que la retirada se lleva a cabo a través de una procesadora. Los troncos solo pueden permanecer apilados 21 días. Un proceso que de recogida que se irá extendiendo por todos lo montes con el fin de poder empezar a repoblar cuanto antes.