En la montaña central leonesa nunca había habido falta de agua hasta que las obras de la Variante de Pajares pincharon una veintena de acuíferos y secaron pueblos como el de Paradilla de Gordón. De los seis vecinos que tenía solo quedan dos. Si uno abre el grifo, el caño se queda sin la poca agua que tiene: "En algunas poblaciones no hay para el consumo humano", destaca uno de los vecinos. Necesitan diez segundos en llenar un litro de agua y a la vez se desperdician 329 litros cada segundo que caen por la montaña hacia Asturias: "Toda la que se pierde en un día daría para abastecer desde el alto del puerto de Pajares hasta León incluido Villaquilambre y San Andrés del Rabanero", indica el pedáneo José Manuel González. 

Su falta impide tener ganado y agricultura, el sustento de pueblos como Cubillas de Arbás. También poner en marcha cualquier tipo de negocio de turismo rural, por ejemplo, para dinamizar estas zonas.

Evitar las filtraciones en los túneles ha sido el quebradero de cabeza de los distintos ministros de fomento en los últimos 17 años. La actual recorrerá este lunes ese tramo en pruebas. Mientras, los vecinos continúan esperando que ADIF reconozca y repare este daño medioambiental.