No es la primera agresión que sufre Antonio, pero sí la que más le ha marcado. Fueron diez minutos eternos. Él es médico, venía de una urgencia con un enfermero y eso retrasó las PCR programadas a otros pacientes. El acompañante de uno de ellos, ya violento, estalló cuando le dijeron que hasta que no viniera la Guardia Civil no le harían la prueba.
 
Hay demoras, más listas de espera por la covid-19 que acaban en agresiones a sanitarios y piden que la justicia actúe. Dicen que están reconocidos como autoridad sanitaria y que no puede pasar como un delito leve.

Tampoco quieren que se olvide la sobrecarga de trabajo en centros de salud y hospitales. Lamentan que se desahoguen con ellos cuando las carencias del sistema sanitario deberían exigirlas a la administración. Todo esto va minando la moral de los sanitarios que nos atienden.