Esther lleva años luchando por el derecho de su hijo a asistir a un colegio "normal", por la plena inclusión de un niño de 14 años que por las trabas burocráticas solo ha podido asistir cinco años a la escuela. En Astorga, su localidad natal, no fue posible, pero el año pasado consiguieron el traslado a otro centro de la provincia. Su madre no quiere un centro de educación especial para su pequeño: "Realmente es un niño, no es un enfermito ni ningún ser especial". 

Ahora el problema es económico, le han denegado la beca de transporte. Esther no trabaja para cuidar de su hijo y con los 406 euros, que cobran por la Ley de Dependencia, no llega para todo: "Dicen que en nuestra localidad tenemos apoyos, pero no es así", asegura su madre que llegará donde haga falta para defender el derecho de hijo a disfrutar de la plena inclusión.