PREMIOS ICAL

Diego Fernández Magdaleno, Premios Ical 2019: 'La melodía interior'

La música contemporánea española tiene en Diego Fernández Magdaleno a uno de sus más valiosos aliados, gracias a su empeño por reivindicar y sacar a la luz el talento de los compositores patrios actuales

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Con motivo del ingreso de Diego Fernández Magdaleno en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid en 1999, el prestigio pianista vallisoletano Miguel Frechilla recordaba con cariño y admiración sus primeros encuentros con el riosecano cuando este era apenas un adolescente: "Desde los primeros momentos fui testigo de una vocación fervorosa y de una disposición humana fuera de serie", subrayaba.

Nacido en el seno de una familia de clara tradición musical, Diego Fernández Magdaleno vio la luz en Medina de Rioseco en 1971. Su padre Diego era un marmolista aficionado al flamenco que "siempre trabajaba, siempre estaba contento y siempre lo daba todo", y junto a su madre Alicia siempre fueron para él "el primer modelo en todo". Desde bien pequeño, su principal afición era hacer ruido con cualquier aparato que cayera en sus manos, y esa querencia o amor incondicional por el sonido sería algo que le acompañara después toda su vida. "El sonido es algo que te atrae de forma extraordinaria y que además no puedes dejar de hacer. Tú puedes cerrar los ojos pero no puedes cerrar los oídos", confiesa.

En casa de sus abuelos Amparo y Pablo encontró una suerte de espacio mágico rodeado de instrumentos de todo tipo, partituras, libros y revistas sobre música, y multitud de libros sobre las materias más diversas. Música y escritura, escritura y música, se convertirían desde entonces en su leitmotiv vital, con el apoyo incondicional de sus progenitores, que alentaron y apoyaron sin desmayo los estudios musicales de su hijo. "Yo siempre he tenido claro dedicarme al piano y a escribir. Son dos facetas que no puedo disociar de mi propia vida. Siempre ha sido así. No recuerdo haber querido hacer otra cosa", relata.

Su primer contacto con la enseñanza musical llega con Carmen García Carbajo, con quien estudia solfeo y sus primeros años de piano. Tras un primer deseo de estudiar violín, frenado sin drama alguno por la ausencia de profesores de ese instrumento en su Rioseco natal, comienza a tomar clases de piano de la mano de Antonio Novo, que había sido amigo y alumno de su propio bisabuelo décadas atrás. Poco después ve cumplido un sueño de infancia: formarse bajo la tutela de su admirado Miguel Frechilla, que se convertiría en su maestro y mentor, un hombre que le cambió la vida "totalmente".

A su abrigo, Fernández Magdaleno pasa a formar parte de la ‘familia’ de la elite intelectual de la época. De la mano de Frechilla y de Félix Antonio González, conoce a creadores como Miguel Delibes, Félix Cuadrado Lomas, Joaquín Turina o Joaquín Rodrigo, entre otros, y llega a Madrid para profundizar en la técnica pianística y en la pedagogía al amparo de Guillermo González, Premio Nacional de Música.

"Miguel y Guillermo habían tenido un maestro común en Madrid, que era José Cubiles, uno de los grandísimos pianistas de la historia de España, y los dos sentían un amor muy especial por la música española y también por la música contemporánea. Esa pasión fue fundamental para mí, que decidí dedicarme sobre todo a la música contemporánea española", relata.

Así, realiza diversos cursos en el Centro de Difusión de la Música Contemporánea, recibiendo influencias de profesionales como Cristóbal Halffter, Josep Soler o Pedro Aizpurúa, que también dejan una profunda impronta en su manera de entender el lenguaje musical.

Varias son las vertientes que se desarrollan en la trayectoria musical del pianista, pero todas confluyen en su permanente dedicación a la música española contemporánea, siendo en la actualidad una indudable referencia interpretativa y un estímulo constante para la composición de nuevas obras que aumentan el patrimonio musical español.

"La música que se hace actualmente está escrita para la sociedad actual. A veces se piensa que la música que se escribe hoy es para dentro de cien años y eso no es cierto. Nunca ha sido así. Antes se tocaba la música que componían los autores del momento y ahora los músicos tienen que ‘luchar’ contra las grandes obras para hacerse un hueco en los programas, donde conviven con lo mejor que ha dejado la historia", reflexiona.

Fernández Magdaleno ha sido director del Congreso sobre Creación Musical Contemporánea de Valladolid y presidente en España de la Asociación Europea de Profesores de Piano. En sus inicios dirigió la Coral Riosecana Almirante Enríquez y actualmente es profesor de Piano y de Estética Musical en el Conservatorio de Música de Valladolid, del que fue director durante cuatro años. "La docencia te permite ver el piano de otra manera que no verías nunca si no estuviera el alumno ahí para intercambiar con él un conocimiento que es de ida y vuelta; en principio parece que eres tú el que le está enseñando a él, pero el proceso te obliga a replantearte constantemente todo", señala.

A lo largo de su trayectoria, Fernández Magdaleno ha protagonizado más de 300 estrenos absolutos de música española para piano de más de setenta compositores. Además, ha rescatado numerosas partituras de autores españoles injustamente olvidados, presentando integrales de músicos como Félix-Antonio, Enrique Villalba o Jacinto Ruiz Manzanares, entre otros muchos.

Además de realizar incontables grabaciones para Radio Nacional de España, France Musique, RAI, BBC, Antena 3 y Televisión Española, y de firmar diversos estudios sobre compositores como Pedro Aizpurua, Félix Antonio, el dúo Frechilla-Zuloaga o Josep Soler, ha publicado el poemario ‘Libro del miedo’ (2006) y los volúmenes de diarios ‘El tiempo incinerado’ (2005) y ‘Razón y desencanto’ (2008).

Hijo Predilecto de Medina de Rioseco desde 2013 y miembro de Honor de EPTA-España desde hace una década, a su extensa nómina de galardones se añadió en noviembre de 2010 el Premio Nacional de Música en la modalidad de Interpretación.