Lorena del Río Martín tiene 24 años y lleva una explotación ganadera en el municipio palentino de Villatoquite. Tiene ovejas de leche y vacas de carne. Un buen día decidió dejar la ciudad y volverse a su pueblo. "Por mucho más dinero que ganes fuera no te compensa. A mí lo que me hacía feliz era esto", explica.

Esta joven decidida cree que "los límites te los pones tú". Y reconoce que aún resulta extraño a algunos verla subida a un tractor. "Se quedan mirando. Cuando vienen a la explotación y preguntan: ¿Dónde está el jefe? Yo soy el jefe. Me vienes buscando a mí". Lorena se reivindica igual de válida que el resto de quienes se dedican a este oficio y reconoce que, aunque cada vez la gente lo ve más normal, aún hay gente a la que le extraña.

Espera quedarse para siempre en su pueblo y le gustaría formar una familia el día de mañana. Sin embargo, critica que no faciliten la vida en el pueblo:  "No tenemos médico, no hemos tenido escuela, farmacia; hace poco que nos ha llegado Internet. No es la España vaciada, es la España 'vacilada' totalmente." 

"Es muy fácil tomar una decisión desde un despacho sin haber hablado con un agricultor, con un ganadero. Hay que verlo a pie de nave. Hay que contar con la gente que está metida en el mundo, pero desde un despacho no se pueden tomar decisiones que afectan a muchísima gente", critica Lorena. Es una defensora acérrima del modo de vida de la gente que ha apostado por el mundo rural.