A pesar del goteo constante de turistas, el alcázar de Segovia echa mucho de menos el bullicio de otros años. Si antes acogía a viajeros llegados de todos los rincones del mundo, hoy solo pueden venir de otros puntos de Castilla y León.

El parón del turismo y el cierre con Madrid ha llevado a abrir solo de viernes a domingo salvo esta semana de forma excepcional, porque este jueves que fue el mejor día de la semana tan solo se llegó a un tercio de las visitas recibidas el jueves santo de hace dos años. Los guías reciben con "mucha ilusión" a cada persona que llega. Y eso que es una de las visitas indispensables a Segovia.

Fotos de familia sin aglomeraciones y esperas mínimas antes de pasar por taquilla son hoy la imagen de un monumento, de todo un sector, que espera tiempos mejores.