En tiempos de estres, conectar con la naturaleza a través de los sentidos es cada vez más necesario. Esta terapia, baño de bosque, va más allá de abrazar a un árbol o dar un paseo. Se trata de un método para disminuir la ansiedad y sentir cada movimiento y sensación: "Es un bálsamo perfecto poder desconectar en la naturaleza, sales mucho más relajado", explica la coordinadora Noemí Hortigüela. 

La sociedad japonesa lo puso en práctica en los años 80 entre sus habitantes. Diversos estudios demuestran que los baños de bosque tienen muchos beneficios, incluso para el sistema inmunitario. Además, la fauna potencian el oído y la flora permite trabajar el olfato.

Una manera de disfrutar sin alejarse demasiado de la ciudad, por ejemplo, los alrededores del Monasterio de San Pedro de Cardeña en Burgos. Una tratamiento que mejora el ánimo y que algunas comunidades autónomas han incluido en su sistema de salud.