La dirección de BBVA ha planteado el despido de 3.800 personas y el cierre de 530 oficinas en un procedimiento que justifica en motivos productivos y organizativos derivados de la transformación digital. El plan de ajuste se aplicará sobre los servicios centrales y la red de sucursales de BBVA S.A., que cuenta con alrededor de 23.300 empleados, quedando fuera el resto de las sociedades de la entidad en España.

Esto supondrá la salida de uno de cada siete empleados y la clausura de una de cada cinco sucursales. En la Territorial Noroeste, donde se encuadra Castilla y León con Galicia y Asturias, se sabe que la intención es cerrar 59 oficinas de las 330 existentes pero no el número de despidos. Manteniendo el mismo porcentaje afectaría a un centenar de trabajadores de los 850 que forman la plantilla.

BBVA apoya su decisión en el contexto de "profunda transformación para el sector", marcada por una enorme presión competitiva, bajos tipos de interés, la adopción acelerada de los canales digitales por parte de los clientes y la entrada de nuevos actores digitales.

El banco considera que para garantizar su competitividad y la sostenibilidad del empleo a futuro, resulta "imprescindible" continuar trabajando de forma aún más decidida en reducir su estructura de costes.