CASTILLA Y LEÓN

Huidos por los embalses

Las aguas de Villameca, Barrios de Luna, Porma y Riaño hundieron más de 30 pueblos

Castilla y León Televisión

La situación que viven los palmeros nos hace recordar algunas catástrofes que se vivieron en Castilla y León. Una de ellas en Ribadelago, Zamora, en el año 1959. El pueblo quedó sepultado por el agua tras la rotura de la presa y perdieron la vida 144 personas. Los supervivientes tuvieron que salir de sus casas sin nada para poder salvar sus vidas. Tras 62 años, nos cuentan que perdieron su futuro, pero no el recuerdo y la memoria.

En la provincia de León, la construcción de embalses obligó a unas 6.000 personas a abandonar sus hogares. En carro, tren o coche, según la época, se llevaron los enseres que pudieron y despidieron la que había sido su vida para comenzar otra nueva. Las aguas de Villameca, Barrios de Luna, Porma y Riaño hundieron más de 30 pueblos.

En pleno franquismo, en 1946, los habitantes de Oliegos fueron los primeros en abandonar sus casas por el cierre de la presa de Villameca. Viajaron dos días en carro y tren cargados de aperos de labranza para llegar a su nuevo destino en Valladolid. Al irse, para siempre, muchos cerraron sus viviendas y guardaron la llave, aun sabiendo que nunca volverían a  abrir esas puertas. El embalse de Barrios de Luna obligó a abandonar 16 pueblos y barrios. El de Poma silenció ocho pueblos.

Riaño, el embalse más grande de la cuenca del Duero, el único de la democracia, tiene una particularidad. Las viviendas fueron demolidas antes del llenado. Imposible comprender la situación, especialmente para los niños. Los afectados comenzaron nuevas vidas, pero en su memoria siempre estarán sus pueblos de origen y la alegría de las calles que el agua silenció para siempre.