En la actualidad hay un clamor en el mundo rural para que se mejoren los servicios que se prestan en los pueblos. Una reivindicación que se hace extensible a otros ámbitos como el del transporte o el de la banca, y es ahí, donde entran en juego las Cajas Rurales de Castilla y León.

Su presidente, Carlos Martínez, asegura que unos de los objetivos de las Cajas Rurales en el medio rural es dar un servicio de "cercanía y confianza, creando, para ello, un espacio agradable y amable donde la gente, aparte de buscar servicios financieros, busquen también asesoramiento empresarial". Castilla y León dispone de localidades muy pequeñas donde no existen oficinas físicas. Para dar una solución a este problema, las Cajas Rurales ofrecen oficinas ambulantes para dar servicio en cada rincón de la Comunidad. "La Caja Rural no descuida ni los pequeños pueblos", afirma.

Carlos Martínez también habla sobre la rentabilidad de las cajas rurales donde asegura que "para los que no son rentables es para la gran banca porque cogen y se van". Las Cajas Rurales disponen de unos consejos rectores muy ligados al territorio donde prima el servicio al entorno. Para ello, existe la llamada 'Responsabilidad Social Corporativa'  con una contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental.