La consejera de Sanidad, Verónica Casado, se ha mostrado partidaria de reducir a 4-8 semanas la inoculación de la vacuna desde el diagnóstico de la Covid-19 y no de los seis meses que se establecen en la actualidad, al tiempo que cree que la tercera dosis se debe administrar a grupos definidos como sucede con la gripe.

Así lo ha señalado en declaraciones, durante su comparecencia ante los medios después del Consejo de Gobierno. Durante su intervención se ha referido a diversos estudios que avalan adelantar el periodo de espera de administración de la dosis a aquellas personas que han padecido la Covid-19.

Así, Casado se ha mostrado partidaria de reducir ese tiempo de espera, que ahora está en seis meses, a "mes y medio o dos", si bien ha matizado que es algo que debe aprobar el Comité Interterritorial de Salud.

Un planteamiento similar que comparte con la administración de la tercera dosis, ya que Casado cree que es cuestión de Salud Pública llegar a un acuerdo para tomar una decisión al respecto en todas las autonomías. No obstante, se ha mostrado partidaria de que inoculación se realice a grupos "definidos" como sucede con la de la gripe. "Hay que seguir las recomendaciones científicas, no las de las empresas farmacéuticas", ha apostillado.

Sobre cuando empezarían a administrar esas dosis, la consejera ha abogado por terminar con la vacunación de todos los grupos de edad marcados en la estrategia nacional.