Tres trabajadores de la ONG Médicos Sin Fronteras han muerto asesinados mientras trabajaban en la región etíope de Tigray, escenario de un conflicto en estos últimos meses, según ha informado la propia organización, que ha incluido entre las víctimas a la española María Hernández, de 35 años, era originaria del municipio salmantino de Sanchotello. Allí vivió los primeros años de su vida y después se trasladó a Madrid.
Junto a Hernández, una de la coordinadora de emergencia de MSF en Tigray, también han fallecido los etíopes, Yohannes Halefom Reda, de 31 años y asistente de coordinación, y Tedros Gebremariam, conductor de 31 años.
"Perdimos contacto con ellos y el coche en el que viajaban ayer por la tarde y esta mañana el vehículo ha sido hallado vacío y, a unos metros de distancia, sus cuerpos sin vida", ha informado MSF, en un comunicado en el que ha condenado "con dureza" el ataque. "Hoy es un día terrible de duelo", ha lamentado.
En este sentido, ha recordado que "María, Yohaness y Tedros estaban allí ayudando a la población y es impensable que hayan pagado con sus vidas por ello". MSF se mantiene "en contacto estrecho" con familiares y autoridades ante lo que ha descrito como "un golpe devastador".
Orígenes familiares salmantinos
María Hernández Matas, tenía 35 años, pero llevaba toda una vida de cooperante. Con tan solo 16 años comenzó a despeñar labores de voluntariado en España, La India y África. Precisamente así la recuerdan en Sanchotello: ayudando siempre a los demás.
Desde 2015 trabajaba como coordinadora de emergencias de Médicos sin Fronteras. Durante este tiempo había estado en diferentes puntos del mundo. Su último destino Etiopía, lugar donde ha sido asesinada por mantener su compromiso con los demás hasta el final.
El ayuntamiento luce banderas a media asta y un crespón negro en su recuerdo. Se han decretado tres días de luto oficial.
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