Las imágenes recorrieron el mundo entero. El avión en el que viajaba un equipo de rugby uruguayo se estrelló en Chile el 13 de octubre de 1972. Después de 72 días desde el accidente, 16 de los pasajeros consiguieron sobrevivir.

"Que no se te caiga el avión para darte cuenta lo bien que estábamos, que no te sientes a esperar los helicópteros, los helicópteros tuvimos que ir a buscarlos caminando nosotros." Roberto Canessa nos brinda sus aprendizajes de vida. Todo un lujo escuchar a este cardiólogo infantil que sigue librando batallas en su día a día.

"Cuando estoy mirando a un niño que le falta la mitad del corazón y yo estoy mirándole dentro de la barriga de la madre, en este momento me toca rescatar el niño y en aquel momento me tocaba ser el que estaba jugándome la vida.' Nos cuenta.

Sus pasiones: la cardiología y el rugby. Disciplinas en las que se trabaja en equipo buscando un fin común. En la montaña él encontró su motivación: su madre. "Yo decía no te voy a fallar mamá y voy a salir de acá y después aprendí en la vida que todo el mundo tiene una razón de hacer las cosas, que lo que te empuja de adentro es el por qué el cómo viene después."

Roberto se pasó 10 días caminando junto con otro compañero por la cordillera de los Andes. Gracias a su hazaña, el resto de supervivientes fueron rescatados. Un ejemplo vivo de la fortaleza humana que se despide de nosotros con palabras sabias y una gran muestra de humildad. “ Por supuesto mirarme al espejo todos los días y decir: Por suerte el mismo tonto de suerte, Roberto, estás ahí. Nunca te creas nada, nunca te creas la leyenda. Tú tienes que seguir paso a paso y día a día y cuanto te acuestes a dormir, pregunta a la almohada: eres una buena persona o no y al otro día cambia lo que hiciste mal.'