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Juan Sánchez Estella dedicó toda su vida a la medicina y nunca se planteó dar un paso atrás cuando llegó la pandemia. Meticuloso con todas las medidas de protección, siguió atendiendo pacientes mañana y tarde hasta que se contagió. Fue a finales de enero y dos meses después fallecía a los 63 años. La muerte de este médico zamorano cambió la perspectiva de la COVID-19 de toda la familia: "Mi padre que era la persona más fuerte que conozco en el mundo, tanto física como mentalmente, nunca pensé que esto iba a acabar con él", asegura su hijo.
La entrega a su profesión, que era además su pasión, también le costó la vida a Luis Fernando Mateos, médico del Centro de Salud de Linares de Riofrío, en Salamanca. Su hija explica orgullosa que era un médico de los antes: "Atendía a los pacientes aunque fuera la 1 de la mañana".
Son dos de las familias que reciben ahora la Medalla de Oro de las Cortes de Castilla y León en un acto donde el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, ha trasladado el recuerdo a los sanitarios que han fallecido por el virus y por salvar la vida de los demás.