Ucrania cumple 100 días en guerra. El 24 de febrero, Putin lanzó a decenas de miles de soldados rusos en varios frentes. Bombardeó varias ciudades sin conseguir tomar Kiev. Ucrania resiste con armamento suministrado por occidente. Las tropas rusas han dejado matanzas indiscriminadas de civiles, como la Bucha. Tras la caída de Mariúpol, la ofensiva se centra en el este y en el sureste del país.

Allí se sigue luchando hoy, especialmente en la ciudad de Severodonetsk y sus inmediaciones. El ejército ruso ha tomado ya buena parte de la localidad, pero las fuerzas ucranianas siguen resistiendo. El gobierno de Ucrania alerta de que hay unos 800 civiles refugiados en una fábrica de productos químicos, que está rodeada por combates.

Las organizaciones humanitarias denuncian que la guerra ha pasado a un segundo plano mediático: cada vez les resulta más difícil desarrollar su labor por la falta de donaciones. Pero los cooperantes se siguen jugando la vida cada día.

Hace escasos días, un equipo de la ong olVIDAdos distribuía alimentos y medicinas cerca de Kharkov cuando fueron atacados. Entre ellos se encontraba su vicepresidenta, Olga San Martín.

Olga quedó atrapada entre unos hierros y su compañera Teresa Blanco la ayudó a escapar. Lejos de su pueblo natal, Navatalgordo, en la provincia de Ávila, donde no llega el ruido de las bombas, esta enfermera se encuentra en su primer conflicto armado.

Han repartido 325 toneladas de ayuda humanitaria en los puntos más calientes del conflicto. Teresa continuará en Ucrania mientras sigan teniendo ayuda humanitaria que repartir. Por eso ruega que no les olvidemos y, sobre todo, que no olvidemos al pueblo ucraniano.

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