Llega con retraso. Castilla y León ha sido la última comunidad autónoma en implantar la receta electrónica. El sistema está dirigido a los pacientes con tratamientos crónicos. El médico de cabecera es el encargado de facilitar al enfermo la hoja de medicación. En ella, aparece la dosis y la fecha de autorización dependiendo del tipo de medicinas. Unas son de tres meses, otras de seis y otras de un año.

La receta electrónica resulta cómoda para el paciente al ahorrarle tiempo. También tiene sus beneficios para los médicos.

"A nosotros, a los profesionales nos deja huecos libres en la agenda que no son de consulta administrativa, y que no son de papeleo. Nos deja tiempo para poder atender a los enfermos que lo necesitan en el día." Cuenta Pilar del Río, Coordinadora médica en un centro de salud de Valladolid.

Atrás queda el tiempo de recetas y más recetas en las farmacias. "Quita un cierto trabajo administrativo que era un poco latoso al tener que  sellar y firmar tanta receta. Hoy en día con una hoja vas metiendo todos los tickets y automáticamente queda reflejada la dispensación." Añade Miguel Angel Ruíz, farmacéutico.

Des este sistema telemático ya se benefician más de 400.000 pacientes.