El confinamiento está siendo una etapa muy difícil de sobrellevar para todo el mundo. Pero especialmente para las personas que sufren patologías degenerativas y que, con la suspensión de sus tratamientos, su situación ha empeorado. Es el caso de los enfermos de ELA.

Con la llegada del Estado de Alarma se suspendieron las consultas y dejaron de recibir la asistencia de fisioterapeutas, logopedas y psicólogos. Evolución negativa también desde el punto de vista afectivo al estar alejados de sus seres queridos. Para paliarlo, los voluntarios de Elacyl tratan de arrancarles una sonrisa.

Pero ya ven luz al final del túnel. En breve se reanudarán las sesiones de fisio y en Alicante se retomará un ensayo clínico en el que participarán cuatro enfermos de Burgos.