La crisis parte de la reforma de un sistema de asistencia sanitaria que se reformó por última vez hace tres décadas. Establece frecuencias de consultas médicas en municipios sin centros de salud y en los pueblos más pequeños que la asistencia sea a demanda.

La figura de la consulta sanitaria a demanda aparece en una orden autonómica que no se ha actualizado desde 1991. Ese año la Junta introdujo varias disposiciones adicionales a una orden del 6 de junio de 1986 del ejecutivo autonómico del socialista Rodríguez Bolaños y que a su vez desarrollaba un real decreto estatal. Así, en 1991, Castilla y León modificó las categorías sobre cómo debe de ser la atención primaria en los núcleos sin centros de salud, en los que la atención la realizan un médico y una enfermera en un consultorio.

En los municipios de menos de 50 habitantes recoge que las consultas sean a demanda de los pacientes, en los de menos de cien que se hagan un día a la semana, en los de menos de 200 dos días y tres en los de menos de 500. A partir de 501 habitantes marca que se realicen de forma diaria de lunes a viernes. Eso es lo que recoge el papel, pero en la práctica la situación es variada en  los consultorios con menos de 50 pacientes, porque muchos sí tienen establecido un día fijo de consulta a la semana, a la quincena o al mes.