CULTURA

La controversia que rodea la tumba de Federico García Lorca

Tres hombres compartieron con el poeta la triste suerte de un pelotón de fusilamiento en 1936. Solo la nieta de uno de ellos sigue reclamando la búsqueda de esa fosa común donde yacen los cuatro

Castilla y León Televisión

Han pasado 85 años desde que se llevaron por delante su vida en algún lugar del camino que une las localidades granadinas de Víznar y Alfacar. A Federico García Lorca no ha dejado de recordársele desde entonces. En eso no le han seguido estos tres hombres que compartieron con él la triste suerte de un pelotón de fusilamiento aquel 18 de agosto de 1936. Se trata de Dióscoro Galindo, Francisco Galadí y Juan Arcollas. Un maestro y dos banderilleros.

Solo una nieta del profesor Dióscoro Galindo sigue reclamando la búsqueda de esa fosa común donde yacen los cuatro, pese a los reveses judiciales. Pese a los reveses judiciales, el último, del Tribunal Constitucional. La familia de Lorca pone trabas en un contexto político que está a punto de estrenar la Ley de Memoria.

Lorca es inmortal en su obra, que sigue reinterpretándose desde todos los estilos y ángulos. Al "desaparecido más llorado del mundo", como le define el hispanista Ian Gibson, aún le falta una tumba.