Son los ecos de una de las batallas más sangrientas de la Guerra Civil española. En la batalla de Jarama, durante veinte días del 1937, murieron unas 20.000 personas. Recorriendo la colina del suicidio aún hoy se encuentran restos de esa contienda: los refugios en los que se escondían los combatientes o la metralla utilizada.
 
Por eso lo captura en estas imágenes, con la intención de que no se repita y no se olvide. La exposición se compone de fotografías, vídeos y los objetos con los que el artista ha tropezado.

Puede visitarse en el museo Patio Herreriano de Valladolid hasta el 18 de octubre.