"El vaso llevaba 62 años llenándose y el 11 de julio se ha colmado". El escritor y exiliado cubano, Luis Enrique Valdés, destaca que estas protestas han sido "algo inédito y sorprendente", pero, sobre todo, han marcado para siempre la manera en que la población se relaciona con la dictadura, "no hay marcha atrás". Valdés indica que la conjunción de situaciones derivadas de la pandemia, la pobreza y la sensación del Gobierno de poder actuar por sí mismo explotó en este estallido social que han quebrado el miedo en la región y se ha convertido en "una semilla fértil".  

El escritor cubano pide a Pedro Sánchez que le explique las condiciones que tiene que tener un país para que su gobierno se considere una dictadura: "En Cuba el Gobierno aboca a un partido a los ciudadanos, hay un control extremo de todos los ámbitos de la sociedad, de la economía, de la información...", explica en la entrevista de Cuestión de prioridades. Además, considera estas manifestaciones como un paso fundamental para que la comunidad internacional vea lo que realmente está sucediendo en Cuba.

En cuanto al bloqueo por parte de Estados Unidos, cree que ha provocado daños tangibles en la economía y apunta que "era una manera de coaccionar al gobierno comunista para hacer un tránsito hacia la democracia". Para Enrique Valdés, en realidad, es una excusa para camuflar su ineficacia.