CORONAVIRUS

La secuenciación, imprescindible para conocer el ADN del coronavirus y elaborar vacunas

Nunca antes se había secuenciado un microorganismo tantas veces. A nivel global el SARS-Cov-2 aglutina más de 400.000 secuencias.

El Instituto Tecnológico Agracio, ITACYL, recibe las muestras que se extraen de los test del coronavirus. Allí saben bien lo que es secuenciar. Llevan haciéndolo cuatro años en otros microorganismos. En este laboratorio detectaron a principios de enero que la variante británica del coronavirus ya estaba presente en nuestra comunidad.

Marta Hernández es investigadora del ITACYL, con ella recorremos el proceso de la secuenciación. El primer paso es extraer el ADN. Después se divide en partes hasta llegar a la etapa que nos lleva hasta el secuenciador, donde las muestras pasan 56 horas. Así se obtiene el abecedario que conforman el genoma. En total 30.000 letras que después tendrán que ser sometidas a una análisis bioinformático. "Esto sirve para determinar cuáles son las letras y compararlas con las diferentes variantes que hay y asociarlas a un linaje porque son cien por cien idénticas", señala Marta.

Cada muestra se secuencia alrededor de un millar de veces y en cada secuenciación se analizan 96 muestras. Los resultados se comparten en una base de datos mundial donde ya se han descrito más de 850 variantes. Nunca antes se había secuenciado tanto. La británica, la brasileña y la sudafricana son mutaciones que se han producido en el virus y que conllevan un mayor contagio.

Jose María Eyros, jefe de Microbiología del Hospital Río Hortega, señala que "el genoma es el centro de inteligencia del virus, es lo que determina su capacidad de infectar al huésped, la capacidad de progresar en el mismo y la capacidad de distribuirse en una especie". Una información que es vital a la hora de elaborar las ansiadas y demandadas vacunas.