Se cumple un mes de la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca y se ha notado con un cambio radical del tono del presidente de Estados Unidos. Su perfil es sosegado, conciliador y más cercano a la prensa, que se encontraba olvidada los últimos cuatro años. Las primeras decisiones rompieron con el legado de Trump: ha paralizado el muro de México y moratoria de las deportaciones, ha vuelto a la Organización Mundial de la Salud y al Acuerdo de París contra el cambio climático. 

Esta semana ha presentado su ambiciosa reforma migratoria que supondría la nacionalidad para 11 millones de personas sin papeles. La principal preocupación de Biden desde el inicio de mandato es el control de la pandemia y la recuperación económica para lo que ha llevado al Congreso un plan de estímulo de casi dos billones de dólares. En política internacional, este primer mes ha evidenciado que Estados Unidos será a partir de ahora más duro con Rusia. Se distancia de Arabia Saudí y quiere volver a un acuerdo nuclear con Irán. Joe Biden ha mantenido la firmeza con China y en su primera cumbre internacional, el G-7 este mismo viernes, ha insistido en el regreso a sus aliados tradicionales.