Las notarías han sufrido en primera persona la pandemia. Su trabajo ha sido esencial, sobre todo para resolver casos de urgencia. Durante este periodo han tenido que enfrentarse a situación muy complejas, que hicieron que al final él también se contagiara.
 
A pesar de ello siguió incluso desde casa atendiendo a las personas que lo necesitaban, usando mecanismos que nunca creyó que tendría que utilizar como los testamentos en caso de epidemia. La crisis sanitaria ha puesto de manifiesto aún más la importancia de tener un testamento, y recuerdan es un mecanismo sencillo, barato e inmensamente útil y el no tenerlo a la larga puede suponer un problema, ellos lo saben bien. Por desgracia se están dando casos que antes parecían impensables. Desde las notarías advierten, aunque genere cierto rechazo, tener un testamento puede evitar muchos problemas en el futuro.