DECRETO SANITARIO

Mañueco defiende que las medidas dan "señales positivas" y critica el "sectarismo" de Tudanca

El líder socialista espeta: "Retire el decreto o márchense, elija entre estar al lado de la gente o solo y mal acompañado"

Ical

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, defendió este martes las medidas adoptadas por su Gobierno en una pandemia mundial que empiezan a ver ''señales de humo positivas'' y acusó al líder socialista, Luis Tudanca, de ''sectarismo'' y de ''ser el vecino'' que en un incendio en la casa de al lado ''cierra la puerta y se esconde''.

Durante el 'cara a cara'en el pleno de las Cortes, Fernández Mañueco y Tudanca se cruzaron reproches de no escuchar y de no comprender, ya que el primero presumió de entenderse con alcaldes socialistas, como el de Burgos, Daniel de la Rosa, y censuró su ''sectarismo'' y que calle y aplauda en referencia al decreto de reordenación del personal sanitario cuando le adoptó el Gobierno en el estado de alarma.

Fernández Mañueco, en la defensa de las medidas adoptadas, se refirió al decreto que, como autoridad competente delegada, regula las prestaciones personales obligatorias sobre los recursos humanos en el ámbito del Sistema de Salud de Castilla y León para afirmar que no detalla ninguna acción concreta, ni coarta la negociación que se realiza con los representantes de los sanitarios.

Tudanca tiró de hemeroteca para recordar que los seis sindicatos sanitarios han pedido su dimisión por ''no cumplir sus promesas y mentir a la población'' y aseguró que el ''único consenso'' que ha conseguido es ''poner a todos en contra de su Gobierno''. ''Retire el decreto o márchense, no tiene otra salida'', espetó.

''Elija entre estar al lado de la gente o solo y mal acompañado'', solicitó el socialista, mientras que el presidente insistió en cargar contra el ''sectarismo'' de Tudanca, al que acusó de que se ''avergüenza de entenderse'' con la Junta y prefiere al PSOE que lo hace con EH-Bildu y Esquerra Republicana de Cataluña, en referencia al apoyo presupuestario.

En su petición de una valoración de la pandemia, Tudanca instó a la Junta a conocer si han hecho autocrítica o han pensado que algo falla cuando Castilla y León, pese a las medidas adoptadas, es una de las comunidades con más contagios y más fallecidos en hospitales y residencias, a la vez que se refirió a la ''soberbia y la falta de humildad''.

''No quieren dialogar, solo imponer'', insistió el socialista, que afeó al presidente que no se recojan sus propuestas, como la del PSOE de Palencia de realizar test masivos de antígenos para después realizarlas en Aranda de Duero, San Andrés del Rabanedo y Miranda de Ebro. ''Lo intento, tiene el apoyo de todos, pero se ha empeñado en quedarse solo y mal acompañado en un síndrome de Estocolmo'', lamentó.

El presidente de la Junta enumeró todas las medidas ''complicadas, duras y difíciles'', que empiezan a ''dar señales de humo positivas'', se refirió también al plan de choque por el empleo, que moviliza 373 millones entre créditos y ayudas directas, y atacó la ''incoherencia, falta de argumentos, sectarismo e ignorancia'' del líder socialista en su critica al decreto. 

''No escucha ni comprende'', reiteró Fernández Mañueco, que volvió a acusar a Tudanca de utilizar la sanidad como ''ariete político'' y subrayar que los ciudadanos quieren unidad, a lo que el socialista replicó que han apoyado las medidas de la Junta aunque algunas no les hayan gustado, pero insistió en la critica de no escuchar a los colectivos.

Ante la critica del socialista de que no se trata solo de aplicar restricciones, sino de tener abiertos los consultorios, no recortar en médicos o en ambulancias de traslados de mayores de las residencias, Fernández Mañueco puso en valor que habrá un gasto adicional de 500 millones de euros en sanidad y que se han contratado a 11.000 profesionales, además de pedir al Gobierno la convocatoria de más plazas MIR. 

El debate se cerró como empezó. El presidente pidió al socialista que ''comprenda y escuche lo que se hace y se dice'' y Tudanca con la acusación de que la Junta se queda sola y tendrá que elegir entre estar con la gente o ''solo y mal acompañado''.