Así sellaban su preacuerdo de gobierno hace un año el PSOE y Unidas Podemos. Una imagen que se repetía mes y medio después para presentar el programa con el que superaron la investidura y se formó el primer Gobierno de coalición.

Sánchez se sentía orgulloso de su nuevo equipo en enero, al que se llevó de convivencia un fin de semana a la finca toledana de Quintos de Mora. El primer gran encontronazo llegaba por la ley de libertad sexual impulsada por Irene Montero. Ministros socialistas criticaron su borrador porque contenía aspectos inconstitucionales. Iglesias también ha tenido roces con José Luis Escrivá y con Nadia Calviño, la más tibia al pronunciarse sobre la investigación judicial al vicepresidente segundo.

El presidente también ha tenido que romper una lanza por Iglesias y defender la cohesión del Gobierno ante otras discrepancias como la concepción territorial del Estado en el Ejecutivo que impulsó la mesa de diálogo sobre Cataluña. Más tensión ha habido sobre el caso Bankia y la salida de España de Juan Carlos I.

Ambos han cohabitado con un proyecto interrumpido por la pandemia en el que los ERTE, la subida del salario mínimo y el Ingreso Mínimo Vital o la Ley de Cambio Climático son la parte más visible de ocho proyectos de ley y los 33 decretos que ha aprobado el Gobierno.