En un mes de mayo normal, las agencias de viaje presentarían un aspecto radicalmente diferente al de ahora. Es una época de muchas contrataciones y lo normal sería encontrar colas para conseguir un viaje de cara al verano. Los profesionales venden el 80% de sus productos en los meses de abril y mayo.
El teléfono sigue sonando, pero para cancelar y pedir devoluciones. Las agencias de viaje están en la misma categoría que el comercio, en la Fase 1 pueden abrir con cita previa, algo que defienden no entender: no pueden vender productos por la incertidumbre actual. Sin saber cómo se volará, cómo serán los alojamientos o, lo más improtante, a qué precios, los agentes se sienten atados de pies y manos. Calculan que hasta julio no se recobrará la normalidad, pero tampoco la suficiente como para cubrir las pérdidas. De abrir el 30 de junio lograrían recaudar el 20% de su facturación anual, algo que definen como "residual".
Además, nuestras preferencias al contratar viajes habrán cambiado: ahora apostaremos por destinos que nos den seguridad. Aseguran que eso acabará con el turismo de masas y traerá uno de mayor calidad, algo que puede convertirse en una oportunidad para Castilla y León.