Han pasado 10 años del 15M. Comenzaba un movimiento social que fundamentalmente pretendía ser el altavoz de los de abajo: que las reivindicaciones que importaban en la calle se escucharan también en el Congreso. Fue la respuesta a un hartazgo de la clase política. El momento actual se podría plantear una nueva movilización ante la crisis económica y política: "Si ahora no se produce ese cambio para todos, sería un fracaso", indica la socióloga Ana Negro. 

Pero la actuación en el Parlamento descontenta también a día de hoy a un amplio espectro, ¿eso haría posible otro 15-M?. Según el profesor de Opinión Pública en la Universidad de Valladolid, Miguel Vicente, dependerá de si la ciudadania asume su poder y actúa de manera negociada y dialogada. Sin embargo, esa colectividad parece diluirse a ojos de los expertos porque creen que cada vez las personas son más individualistas. 
 
Algunos de los que coreaban en las plazas ya han llegado al poder, aunque eso no se lo ha dado. Añaden que, según confirma la historia, un levantamiento del sector más conservador es bastante improbable.