Con la prolongación de la pandemia, algunas de las soluciones que planteó el Gobierno para ayudar a pymes y autónomos se están convirtiendo en un problema. Necesitan una mayor liquidez para afrontar la devolución de las prestaciones y esto se traduce en ayudas directas.
Para Iberaval es "fundamental" la liquidez en las empresas, por eso pide menos palabras y más hechos al Gobierno: "Crear un plan y poner fechas e hitos, incluso un número de puestos de trabajo cuando sólo conocemos el montante total, pero no cuándo van a llegar ni a qué van a estar destinados, es un brindis al sol. Buenas intenciones, pero un brindis al sol", afirma César Pontvianne, presidente de Iberaval.
De momento ya han detectado un aumento de la morosidad, y prevén que se disparen concursos de acreedores en los próximos meses.
Desde Iberaval ya se han puesto manos a la obra: 100 millones de euros en préstamos para pymes. Habrá dos categorías, una para zonas confinadas y otro para la hostelería: "Se trata de no romper la cadena de pagos, que los hosteleros puedan pagar a los distribuidores, y estos a su vez a la industria y continúe la rueda. No podemos enfrentarnos a cadena de impagos como la crisis de 2009".
Con estos avales prevén llegar a más de 2.000 pymes y autónomos de la comunidad.