SOCIEDAD

Las colas del hambre no desaparecen en vacaciones

Trabajadores de Cáritas y Cruz Roja recuerdan que aún muchas familias reclaman su ayuda. Son menos en verano, pero la situación continúa siendo complicada. Hay gente que acude incluso con trabajo

Castilla y León Televisión

La dura realidad es que las colas del hambre no desaparecen en vacaciones. Muchas familias siguen necesitando ayuda a pesar de haber encontrado un trabajo. Las situaciones precarias sacan a la luz nuevos perfiles de usuarios. "Estamos hablando de todos los afectados por los ERTE, de mucha gente de hostelería, de gente que, de repente, la vida le dio un vuelco y no sabían cómo hacerle frente...", explica Beatriz Ronda, directora de Extrema Vulnerabilidad Cruz Roja Valladolid. Detrás de cada uno de ellos hay una historia.

La mayoría de las personas que llegan a estos lugares lo hacen además con un importante deterioro psicológico. "Para ellos es chocante, porque jamás hubieran pensado que iban a llegar a una entidad social a pedir ayuda", dice Elisa Rodríguez responsable de voluntariado Fundación Cauce. Tampoco hay que olvidar a todos aquellos que ni siquiera tienen un hogar. "Damos de comer ahora en agosto sobre todo para la gente que está en la calle, que no puede cocinar en casa, que viven en parques, o algunos que duermen en el centro de Cruz Roja", dice Rocío Ledesma, coordinadora de Comedor de los Pobres, en Salamanca.

Las necesidades no cesan. Por eso es imprescindible la labor de asociaciones, centros y ONG´s. Además, creen que en septiembre volverá a aumentar el número de personas que no tengan lo básico para subsistir.