Armuña y Garcillán, dos pueblos de la provincia de Segovia que se encuentran a quince kilómetros de distancia ven cómo el coronavirus les afecta de forma muy diferente. En Armuña, se ha declarado un brote que ya afecta a trece personas, la mitad de ellos niños. Por contra, en Garcillán, sus vecinos respiran aliviados tras descartarse un brote que tenía en aislamiento a veinte jóvenes. 

Cuesta encontrar gente por sus calles, ya que sus vecinos han decido extremar las precauciones ante el último brote declarado en su pueblo. Hasta la fecha, otros diez positivos más. Entre ellos seis niños. El problema ahora podría estar en que muchos vecinos decidieron volver a su primera residencia. Un brote que deja emocionalmente tocado al pueblo.

Comportamiento ejemplar tanto del joven positivo como de su grupo de veinte amigos que no dudó en aislarse nada más conocer la noticia.

.