'Si el campo no produce, la ciudad no come'. Este es el mensaje que se trasladó a la sociedad en las tractoradas de febrero de 2020. Un año después, las organizaciones agrarias creen que se ha avanzado muy poco.

El presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, cree que "estamos igual que estábamos hace un año" pero, a mayores, debido a que el canal horeca ha cerrado por la situación de pandemia, "tenemos problemas de ventas y de precios".

A raíz de aquellas protestas por la ciudad, se ha logrado sacar una Ley de Cadena Alimentaria que busca precios mejores. El secretario general de UPA Castilla y León, Aurelio González, reconoce que se ha conseguido una normativa en la que se ha aprobado que "no se puede vender por debajo de los precios de producción". Pero eso es solo sobre el papel, porque la realidad que denuncian las organizaciones es diferente.

El coordinador regional de UCCL, Jesús Manuel González Palacín denuncia que "el productor, para poder vender, tiene que firmar que ese precio cubre los precios de producción. Por lo tanto, si quiere vender, tiene que asumir que el precio que le pagan cubre los costes, cuando todo el mundo sabe que no es cierto".

Pero los agricultores y ganaderos no han claudicado en sus reivindicaciones. Reclaman precios justos y rentables, una Política Agraria con mayores garantías, control de la fauna y reconocimiento de su actividad.

El coordinador de COAG Castilla y León, Aurelio Pérez, agradece la respuesta de la sociedad. "Hemos notado el reconocimiento de la sociedad, no lo hemos visto en la clase política", asegura. No solo está en juego lo que llevamos a la mesa. Nuestro mundo rural y su forma de vida está en estado crítico.