Juicio 'procés'

'No saldrán' y 'No pasarán', los gritos que oyó la secretaria judicial desde primera hora del 20-S

También vio cómo una avalancha de gente estaba 'aplastada' contra el cristal del edificio en el que estaba la comisión judicial

Europa Press

La secretaria judicial del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona que participó en el registro de la Consejería de Economía de la Generalitat de Cataluña el 20 de septiembre de 2017, Montserrat del Toro, ha relatado este miércoles en el juicio por el 'procés' independentista que desde primera hora había protestas frente al edificio y ha destacado que oyó a los manifestantes utilizar megáfonos para hacer cánticos, siempre en catalán, que decían "no saldrán", "no pasarán" y "votaremos".

Así lo ha dicho durante su declaración como testigo en la vista oral que se está celebrando en el Tribunal Supremo, en respuesta a preguntas del fiscal Javier Zaragoza. Del Toro ha comenzado contando que la comisión judicial llegó a la consejería a las ocho en punto de la mañana para comenzar a incautar documentación que posiblemente estuviera relacionada con la organización del referéndum ilegal del 1 de octubre.

Ya a las 10 de la mañana se oía "muchísimo ruido por la concentración que había fuera" porque a esa hora ya se habían aglomerado "miles de personas", ha explicado. "Fue un murmullo constante durante todo el día", ha apuntado, pero no entendía lo que decía la mayoría de la gente.

Ha apostillado que tardaron algo más de una hora en poder acceder a los despachos, ya que el conserje del edificio no contactó con ningún responsable que les indicara dónde estaban. Mientras esperaban en la planta baja para localizar a alguien, entró en la consejería la intendente de los Mossos d'Esquadra Teresa Laplana, que intercambió unas palabras con un teniente de la Guardia Civil que iba con la comitiva judicial.

La Plana no vio necesario cordón de Mossos

Según la secretaria judicial, no pudo escuchar esa conversación, pero vio cómo el teniente la miró mientras negaba con la cabeza. El guardia civil le dijo después que Laplana le había comunicado que no veía necesario establecer un cordón policial de mossos alrededor de la consejería porque consideró que "no tenía por qué producirse ningún altercado".

Ha añadido que cuando concluyó esta conversación, la responsable de los Mossos --que será próximamente juzgada en la Audiencia Nacional por un delito de sedición en relación a estos acontecimientos-- "sonrió, se encogió de hombros" y que ya no la vio más en todo el día.

Bocadillos por piedad

Uno de los momentos subrayados por la testigo durante su declaración --en la que no se le ha podido enfocar para proteger su imagen-- ha sido cuando ha recordado que les entregaron unos "bocadillos" a las 16.30 horas, casi con el registro concluido. Del Toro ha recordado que en ese momento se encontraban en el despacho del ex 'número dos' de Vicepresidencia, Josep María Jové, y que preguntó al agente de la Guardia Civil que portaba la comida que cómo pudo conseguirlos. Éste le contestó que se los había dado una agente de los Mossos, que no ha identificado, porque "se había apiadado" de ellos, ha subrayado.

Por otro lado, ha señalado que en ningún momento se asomó a ninguna ventana por recomendación policial y que fue preguntando a los agentes qué era lo que sucedía en las inmediaciones de la consejería. Una de esas veces fue cuando estaban en el mismo despacho, sobre misma hora de la tarde, y se escuchó "un ruido muy grande en el exterior" porque el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras "acaba de entrar".

También se percató de la gran movilización y fue cuando le "pareció" identificar que la expresidenta del Paralament Carme Forcadell estaba hablando a través de un megáfono, aunque después ha precisado que alguien le comentó que era ella. "¿Escuchó algún grito especial o frase especial?", ha preguntado el fiscal Zaragoza, a lo que la secretaria judicial ha dicho que se oían algunas "frases sueltas" como el repetido "votaremos".

Pidió un helicóptero para salir

Del Toro ha revelado que solicitó un helicóptero para poder salir del edificio, pero que al subir a la azotea, ya por la noche, pasadas las nueve, y pese las indicaciones policiales contrarias de que lo hicieran, comprobó que no sería posible por las antenas, y después de que los agentes de la policía judicial se riesen porque pensaban que "estaba de broma". "Inocentemente pensé que había una posibilidad de salir desde otro lado y sólo queda por aire", ha confesado después a preguntas de la Abogacía del Estado.

No obstante, ha confirmado que en ese momento, en el que llevaban horas esperando a que les diesen una solución para poder abandonar el edificio, si que se asomó para ver la situación que había en el exterior de la Consejería de Economía y se percató de que "muchas plantas abajo era un mar de gente lo que nos esperaba a la salida" y que la calle era "difícilmente transitable".

Desde el tejado tomó fotografías del "tumulto" y "multitud de gente" --que llegaba hasta la Plaza de Cataluña, es decir, a "centenares de metros" del edificio y que también se extendía por calles adyacentes, ha apostillado-- con el objetivo de incorporarlas a su informe para dar cuenta al magistrado, pero ha precisado que no lo hizo por los "nervios y acumulación de tarea" que tuvo al día siguiente, debido a la recepción de las 40 actas de entradas y registros

La secretaria judicial ha proseguido su relato diciendo que cerca de las 22.00 horas, cuando bajó a la planta baja, al atrio, desde donde no fue capaz de ver toda la multitud de gente que había visto desde la parte superior del edificio. "Era imposible ver, sólo sé que había varias capas de cabezas", ha resaltado.

Avalancha de gente contra el cristal

Si bien, dice que en ese instante se "asustó" al escuchar un "ruido tremendo" debido a que "una avalancha" de gente estaba "aplastada contra el cristal". En ese mismo vestíbulo, en un despacho anexo, estaba el teniente de la Guardia Civil entrevistándose con el expresidente de la ANC Jordi Sànchez y el líder de Ómnium Cultural Jordi Cuixart --a éste último era la primera vez que le ve en ese día, ha apuntado-- acerca de cómo podría salir la comisión judicial, ha añadido.

Cuando finalizó la reunión, del despacho primero salió Sànchez, seguido de Cuixart y "pasos detrás", el responsable de la guardia civil que iba "cabizbajo" que repitió el mismo gesto con la cabeza que por la mañana y le explicó que el expresidente de ANC le había comentado que no podía hacer nada para poder retirar a todas las personas aglomeradas a las puertas de la Consejería.

Los conocidos como los 'Jordis' han estado muy atentos a esta declaración, y tras cruzarse las miradas en varias ocasiones --Sànchez ha decidido sentarse detrás de su defensa-- han mostrado gestos de negación al no estar de acuerdo con parte de lo relatado. Las acusaciones centran gran parte de su escrito en estos hechos para sustentar la violencia que requiere el delito de rebelión.

Del Toro ha concluido esta parte de la declaración describiendo que también se percató de que desde una puerta lateral del edificio unas personas que no llevaban ningún uniforme o distintivo que acreditase que eran de seguridad estaban permitiendo el acceso y salida del edificio que todas aquellas personas que exhibían un "carnet azul", que, según dice, podrían ser funcionarios, ya que los que trabajan en Justicia tienen una tarjeta similar o de color "blanco".