A raíz del confinamiento fueron muchos los jóvenes que se refugiaron en pueblos como Basardilla, un municipio tranquilo a tan solo 10 kilómetros de Segovia capital pero al que aún le faltan algunos servicios básicos hoy en día, como por ejemplo, Internet.

Alba es una de esas antiguas moradoras de la ciudad que ha decidido volver al pueblo y poder teletrabajar desde allí, pero la realidad cuando encendió su ordenador fue muy distinta. Los vecinos creen que a tan solo 600 metros de la entrada del muncipio se encuentra lo que podría ser el cable de fibra óptica.

Mientras esperan pidiendo a gritos la ayuda de las instituciones, ellos siguen luchando con el aislamiento que les causa la falta de Internet.