Las residencias de mayores y dependientes tienen demasiadas camas vacías.  En la residencia de Tardelcuende, en Soria, tienen un 25% de camas desocupadas. Una de cada cinco residencias sin ánimo de lucro caerá en manos de fondos de inversión.

Los efectos devastadores de la pandemia han hecho que muchas habitaciones estén libres. Las residencias privadas pierden inquilinos que se marchan a las públicas. Pero los requisitos que pone la Junta de Castilla y León para los ingresos son otra de las causas. "Solo se pueden ocupar con personas que tengan un grado de dependencia reconocido de Grado 2, Grado 3 o personas que realmente estén en una situación de urgente necesidad", nos cuenta, Jorge Sáinz, presidente de LARES en Castilla y León. 

Con tantas plazas vacantes el 'agua ya les llega al cuello' porque aseguran que son un sector que cuando atraviesa el 10 por ciento de desocupación dan pérdidas. Auguran una gran crisis y por eso piden ayudas directas y menos restricciones en los ingresos porque con la llegada de la vacuna las residencias son seguras.