Sanidad declaró no apta para el consumo humano el agua de la red de abastecimiento de Toro (Zamora) por tercera vez en seis semanas, después de que los últimos análisis arrojaran un nivel de arsénico de 10,2 microgramos por litro, lo que supone dos décimas por encima de la prescripción legal.
"Hoy, día 20 de enero, se ha personado en las oficinas de Toro, la inspectora de Sanidad, levantando acta y declarando el agua de abastecimiento de Toro como no apta para el consumo, por no cumplir con el valor paramétrico especificado en el anexo I B.1 del Real Decreto 140/2003, de 7 de febrero, siendo el índice analizado de 10,2 µg/l, con respecto al máximo permitido de 10,0 µg/l", según el documento remitido por el alcalde de Toro, Tomás del Bien.
"Estamos analizando todos los datos en profundidad, mientras trabajamos intensamente en la construcción de la nueva plata. Lo que es real es que nuestros análisis últimos salen por debajo de 10 y el de la Junta de Castilla y León, por encima, habiéndose muestreado en el mismo momento exacto", señaló el regido.
"Apta sí, apta no"
El recorrido del último mes y medio a través de la cambiante cantidad de arsénico en el agua de Toro, expresada en microgramos (millonésima parte de un gramo) por litro, empieza a calar irónicamente en el sentir popular con la apreciación 'Apta sí, apta no', como si se tratara de una recreación del tema que el músico valenciano Chimo Bayo hizo viral a través de la 'Ruta del bakalao' a principios de la década de 1990.
El 7 de diciembre de 2022, Sanidad declaró no apta para el consumo el agua de la red de abastecimiento toresana ante "un pequeño aumento del valor de arsénico", que superaba el límite establecido en la normativa RD 140/2003 de 7 febrero. Concretamente, la lectura que arrojaron los análisis fue de 11,7 microgramos de arsénico por litro, lo que suponía 1,7 g/l más del máximo permitido, de 10 g/l.
Dos días después, el Ayuntamiento de Toro levantó la prohibición, sobre la base de un contraanálisis, que reflejó 9,5 microgramos de arsénico por litro, dentro de los límites legales.
Entretanto, ya que los niveles de arsénico seguían siendo altos, aunque estuvieran dentro de los parámetros legales, el alcalde Toro apuntó entonces que era necesario "rectificarlos y seguir adelante" con los planes para proyectar un nuevo sondeo y una planta potabilizadora a medio plazo.
El 21 de diciembre, Sanidad volvió a advertir de que el agua registraba de nuevo valores inaceptables de arsénico y volvió a decretarla no apta para el consumo humano, circunstancia que volvió a cambiar el 17 de enero de 2023, cuando el último análisis aportado por el Ayuntamiento de Toro revelaba una tasa de arsénico de 7,8 microgramos por litro, 2,2 por debajo del máximo legal.
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