Tras la lluvia y el frío, los niveles de polen empiezan a crecer y aparece la alergia. Este año quienes las padecen tienen un aliado para combatir los molestos síntomas: la mascarilla. Como ha sucedido con la gripe, va a impedir que el polen llegue a las vías respiratorias.

Los alergólogos siempre han recomendado la mascarilla para combatir la alergia al polen, pero como recuerda Alicia Alonso, alergóloga del grupo Recoletas, su uso "se asociaba a enfermedades más contagiosas como la tuberculosis" y daba "apuro" ponérsela. Ahora que su uso es obligatorio se ha convertido en la mejor herramienta para evitar estornudos y congestión nasal. "Tienes una barrera, te sirve igual para protegerte de las enfermedades infecciosas y del polen, que impacta tanto en la nariz como en el pulmón", explica la alergóloga.

Las pruebas son sencillas, muy eficientes y demuestran que las alergias ambientales no son exclusivas de la primavera.  "Ahora vemos muchos pacientes alérgicos al polen de las cupresáceas -son árboles como el ciprés, el enebro o la tuya-", asegura Alicia Alonso. Una buena medicación y la mascarilla ayudarán a que la alergia sea más llevadera.