SOCIEDAD

¿Dónde está el límite a la libertad de expresión?

Los tribunales marcan la línea entre lo que es libertad de expresión y lo que no. Es el caso del rapero Pablo Hassel por un delito de injurias hacia la Casa Real y en Castilla y León el de un internauta por agravio a un defensor del toro de la Vega.

Le cayeron 200 euros de multa por insultar a través de un mensaje de Facebook. Esta sentencia fue la primera en Castilla y León que condenó a un particular por un delito de injurias hacia un defensor del Toro de la Vega.

Sixto De Toro lo reconoce:  "Se me calentó la boca. Yo no mato ni a una mosca". El denunciante, Miguel Ángel Quintana, expone el caso: "Recibí amenazas también sobre mi familia y fueron ellos los que me animaron a denunciar". El mensaje que desencadenó el caso contenía agresiones verbales por defender al toro de la Vega. "Un montón de gente utiliza las redes sociales para amenazar", asegura el denunciante. Esta sentencia demuestra que la libertad de expresión tiene unos límites.

Según de Toro, “Todos podemos decir en un momento barbaridades pero de ahí a pasar a la acción hay un abismo, y eso es lo que debería primar.” En contraposición, Quitana dice que “La libertad de expresión no incluye decir cualquier cosa, puedes hacer mucho daño”.

El riesgo de insultar por redes sociales

Las redes sociales no exponen solo al que publica la opinión, también al que la rebate y, si ese enfrentamiento incluye insultos y amenazas, puede haber consecuencias legales. Es lo que le ocurrió a Sixto de Toro, recibió un aluvión de mensajes cuando la denuncia se hizo pública. 

No es un caso aislado. Cada día vemos en redes sociales debates subidos de tono. Lo que sí ha dejado claro la justicia es que ofender por internet no sale gratis.