CORONAVIRUS

El trabajo fundamental de los rastreadores COVID-19 de la base aérea del Ejército de Aire en Villanubla para detectar el origen de los casos positivos

Han aprendido a recabar datos de una forma más eficiente y a guiar a las personas a la que tienen que llamar

Castilla y León Televisión

Han pasado tres meses desde que conocimos a los rastreadores militares de la base área de Villanubla, en Valladolid. Ellos, en primera persona, han ido midiendo cada ola de la pandemia. Su trabajo es fundamental para conocer el origen de los casos covid, es decir, qué proporción es contacto de otro positivo. Un porcentaje alto implica que el sistema es capaz de identificar las cadenas de transmisión. Por eso son imprescindibles para lograr que la tasa de trazabilidad sea lo más elevada posible.

Afirman que la peor época fueron los meses de octubre y noviembre. El Brigada Luis Casado nos explica la evolución de los casos. "Durante el mes de Navidad descendió muchísimo. Hubo días de tres o cuatro casos positivos únicamente. Este mes de enero hemos notado mucha más carga de trabajo de la que hubo en el mes de noviembre". Con el tiempo y con cada llamada han ganado experiencia y destreza. "La fluidez del personal en cuanto a la llamada se va notando, que ya son tres o cuatro meses", asegura.

Han aprendido a recabar datos de una forma más eficiente y a guiar a las personas a la que tienen que llamar. Aunque todos querían continuar, a finales de diciembre se relevó a la mitad del grupo. "Siempre uno se imagina un poco como puede ser, pero hasta que no está metido en el asunto no da el mismo crédito", afirma el soldado Álvaro Parras.

De los 130 días, algunos han costado un poco más. Los militares recuerdan determinadas llamadas o viven situaciones duras que les afectan y tratan de hacer un poco de terapia entre ellos y consolarse mutuamente. Todavía queda mucho trabajo por delante, pero sueñan con el día en el que no tengan que descolgar el teléfono.