Castilla y León Televisión
La crisis del coronavirus quiso que la soltería de algunas parejas durase un año más y aplazo muchas bodas previstas. Ahora, con la situación sanitaria más controlada preparan los últimos detalles para uno de los días más importantes de su vida. Las preferencias han cambiado: buscan que la mayor parte de tiempo los invitados puedan estar al aire libre y así protegerles frente a la COVID-19. Exigencias por parte de los novios y flexibilidad desde las fincas que acogen estos eventos. Los interiores también se han adaptado y han reducido el número de comensales por mesa.
Tras un año prácticamente en blanco, el sector comienza a recuperar unas bodas que llegan con retraso, pero con la misma ilusión que hace un año.