COMUNICADO DE PRENSA

Románico Atlántico trabaja para valorizar y recuperar la ermita de Muga de Sayago y sus pinturas murales

Además del proceso de restauración, para garantizar su conservación y puesta en valor, se está acometiendo la instalación de un nuevo suministro eléctrico basado en paneles solares

Castilla y León Televisión

El consejero de Cultura y Turismo de la Junta de Castillla y León, Javier Ortega, y el presidente de la Fundación Iberdrola España, Fernando García, han realizado una visita a la ermita de Nuestra Señora de Fernandiel, en la localidad zamorana de Muga de Sayago, para comprobar el avance de la actuación que se está desarrollando en el edificio dentro del Plan Románico Atlántico, que impulsan ambas entidades

La intervención se está centrando en la recuperación de un conjunto de pinturas murales realizadas en torno al siglo XVI. Además del proceso de restauración, para garantizar su conservación y puesta en valor, se está acometiendo la instalación de un nuevo suministro eléctrico basado en paneles solares y una nueva iluminación ornamental más acorde con la historia del edificio.

La ermita de Nuestra Señora de Fernandiel se enclava en la dehesa del mismo nombre, en la localidad zamorana de Muga de Sayago. Su construcción data del siglo XIII, aunque en siglos posteriores se sucedieron numerosas alteraciones y modificaciones. El edificio destaca por la gran extensión de pintura mural conservada dentro del nutrido conjunto de pinturas de carácter más o menos popular que se han preservado en el suroeste de Zamora, norte de Salamanca y zona fronteriza portuguesa.

Las pinturas de Fernandiel las ejecutaron varias cuadrillas de pintores en distintos momentos del siglo XVI, como puede apreciarse en las diferencias de estilo y en los pigmentos elegidos. El muro testero está presidido por un retablo pictórico en el que dominan los tonos ocres y el conjunto estaba parcialmente oculto por el retablo de madera dorada, instalado allí hacia el siglo XVIII. Al retirarlo, han quedado a la vista las distintas escenas y motivos decorativos que lo componen, referidas todas ellas a la vida de la Virgen, así como una pequeña hornacina excavada, que debió albergar una antigua escultura de la Virgen de Fernandiel.

En los muros laterales de la cabecera se representan personajes del Antiguo Testamento, en concreto, el ciclo de los Profetas completo, así como otros cuya inscripción se ha perdido, pero que probablemente sean Patriarcas y Reyes de Israel. En el segundo cuerpo de la iglesia en el muro del primer arco se hallan dos retablos pictóricos, dedicados a Santa Ana y a Santa Brígida, que son las dos únicas pinturas datadas con precisión hasta el momento, ejecutadas en 1541. En los muros laterales están representados pasajes evangélicos, varios Padres de la Iglesia y cuatro santas.

Conjunto de pinturas murales y estado de conservación

Las pinturas murales de Nuestra Señora de Fernandiel están realizadas sobre mortero de cal y arena, aplicado en dos capas; enfoscado y enlucido. Su escaso espesor deja patente las importantes irregularidades de la fábrica del edificio. Se pueden ver incisiones a punta seca, cordadas para dividir espacios y líneas de color sobre el enfoscado utilizadas para encajar el dibujo. La mayor parte del trabajo está realizado al seco, mediante temple de huevo o caseína, aunque no se descarta la posible existencia de un primer trabajo realizado al fresco. La paleta la constituyen colores ocres, amarillos, anaranjados, rojos, pardos, negro de carbón vegetal y azules.

El conjunto presentaba suciedad generalizada; polvo superficial, suciedad grasa más compactada y manchas localizadas de distinta naturaleza, como las más oscuras ocasionadas por la proliferación de microorganismos. El estado de conservacion del edificio que no era el idóneo, debido a unas condiciones medioambientales adversas y a un déficit en su mantenimiento, presentaba manchas de escorrentías y lavados de la superficie pictórica por antiguas filtraciones de agua desde la cubierta. A ello se unían manifestaciones salinas como los velos blanquecinos localizados principalmente sobre el muro sur, cristalizaciones de las sales solubles que han provocado la decohesión y rotura de los morteros y una importante colonización biológica.

Además, los estratos pictóricos presentaban importantes alteraciones como: grietas por movimientos estructurales del edificio, pérdidas de unión entre las distintas capas, abolsamientos, pérdidas materiales, decohesión o arenización, así como numerosas pérdidas de policromía. Por otro lado, las sucesivas reformas que se han acometido en el edifico, también han afectado al conjunto de pinturas murales. Así, por ejemplo, en un momento dado, se abrío un vano en el muro sur del presbiterio con la consiguiente pérdida de la policromía. Se aprecía también la aplicación de cementos y de yesos en distintas intervenciones de reparación, el picado de casi todas las pinturas de la parte inferior de los muros, abrasiones, golpes, roces e incluso algún grafiti.