Hiral y Rayani llegaron a España en los años 2000 y 2006. Su madre, Esther Bajo, las adoptó en India antes de que las políticas de muchos países asiáticos como China dieran un vuelco. En los últimos 15 años, los largos procesos de adopción internacional se han ralentizado tanto que cerca de 120 familias en Castilla y León se han quedado paralizadas. 

Solo en nuestra comunidad llegaron en 2005 más de 200 niños de lugares como China, India o Vietnam. Con el tiempo, las políticas de esos países han ido cambiando: se prefiere la adopción en su territorio nacional y además los trámites burocráticos se complican. "No es el parto más doloroso, pero sí el más largo", así define Esther el proceso al que tuvo que enfrentarse para poder adoptar a sus dos hijas. La adopción internacional es un reto con muchos obstáculos que en numerosas oscasiones termina teniendo una repercusión sobre la adaptación de estos niños en la sociedad. A pesar de llevar años en España, Hiral Estrada dice que aún hay gente que "no termina de entender que a mí me adoptaron de pequeña y que llevo toda la vida aquí". No obstante, para esta joven estos gestos la impulsan a querer ayudar a otros chicos de su país.

En la actualidad, las adopciones internacionales son prácticamente inexistentes: en el año 2020 solo llegaron ocho niños a la Comunidad.