Economía

Castilla y León soporta la desaceleración económica mejor que otras comunidades por su menor dependencia del exterior, según el Banco de España

El organismo da a conocer en Valladolid su informe anual de 2018 y advierte del impacto que tendrá en la economía el envejecimiento de la población

Ical

Castilla y León ha sido una de las comunidades autónomas españolas que mejor soporta la desaceleración económica debido a su menor dependencia del comercio exterior. La media de apertura al comercio fuera de nuestras fronteras es del 50 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en España, mientras que la dependencia de Castilla y León es inferior, un 48 por ciento. Así lo declaró el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, que este miércoles presentó en Valladolid el informe anual de 2018.

Dentro de un proceso de desaceleración en materia exportadora, Castilla y León se posicionó entre las comunidades en mejor situación, dada su menor dependencia, aunque donde sí tiene mayor exposición la Comunidad es en lo referente al comercio interior, donde su dependencia asciende al 63 por ciento de su PIB, cuando la media nacional se sitúa en el 36 por ciento.

Desde un punto de vista autonómico, el informe también evidenció las "disfuncionalidades históricas" existentes en el mercado de trabajo y que no se han "corregido", como es el caso de la elevada temporalidad. En este sentido, Castilla y León también se posiciona "ligeramente por encima de la media" nacional, donde la temporalidad es del 26 por ciento, mientras que en la Comunidad es del 28 por ciento. Sin embargo, Castilla y León sale mejor parada al hacer referencia a la tasa de paro juvenil, que es del 32 por ciento frente a la media nacional del 35 por ciento.

Especial preocupación trasladó el informe del Banco de España por la baja natalidad en España y el envejecimiento de la población, un problema "especialmente intenso" en el caso de Castilla y León, donde el 40 por ciento de la población tiene mayor de 65 años respecto al segmento poblacional en edad de trabajar, es decir, entre 16 y 64 años, un dato que de media en España se sitúa en el 30 por ciento, y que es especialmente acuciante en otras comunidades como Galicia, Asturias y País Vasco.

"La sociedad española es de las más envejecidas y las perspectivas dicen que se intensificará", advirtió Arce. Esta situación, además de generar importantes "retos", afectará a otros ámbitos e influirá en la economía, ya que tendrá un impacto sobre la demanda agregada (pautas de ahorro y consumo, disminución de la inversión o flujos de capital hacia países menos envejecidos), o en la oferta agregada (menor crecimiento del empleo o impacto negativo en el crecimiento de la productividad).

De la misma manera, se advirtió de que el envejecimiento también tendrá efectos en las políticas monetaria y fiscal, con la prevalencia de menores tipos de interés, mayor aversión a la inflación o alteración de los multiplicadores fiscales; o en las políticas sociales, con un aumento notable del gasto en pensiones y dependencia, o la búsqueda de modelos que distribuyan costes con equidad intergeneracional.